La poesía conventual de los siglos XVI a XVIII (5)


 

Número de poemas conservados por monja

Rel-Gráfica 1

Descripción

Total Leyenda
69 Azul (1). Poemas en justas.
25 Rojo (2). Poemas en paratextos de obras de otros autores.
4 Amarillo (4). Poemas en impresos diferentes de los anteriores.
17 Verde (3). Poemas en manuscritos.

Datos: Poemas conservados y noticias fiables de poemas escritos, pero no conservados en la actualidad.

Citar este recurso: Nieves Baranda, “La poesía conventual de los siglos XVI a XVIII. 5. Poemas según el medio de transmisión”, BIESES: Bibliografía de escritoras españolas/ Bibliography of Spanish Women Writers: https://www.bieses.net/

Fuente
Base de datos BIESES https://www.bieses.net (información obtenida en octubre 2015).

Datos
Cronología: 1540 y 1800
Autoras: 170 monjas, componedoras al menos de una poesía
Asignación de valor: Cada monja recibe valor 1 y se sitúa en una fecha (año) único de su arco cronológico vital.
Tratamiento de información: datos biográficos incompletos para una gran parte de las autoras. Casos:
-Disponemos de las fechas biográficas de nacimiento y muerte: valor en el punto medio del arco
-Conocemos un arco temporal de creación o existencia, pero no de datos biográficos precisos: valor en el punto medio del arco
-Solo se conoce la fecha de un poema: fecha del valor
-Solo se conocen versos sin datación precisa
Distorsión: El procedimiento produce distorsiones en resultados conocidos, pero de forma homogénea para todos los datos de la serie. Por ejemplo, Teresa de Jesús (1515 – 1581) obtiene como fecha valor 1548, año en que aún no había comenzado a componer poesía.
Validez: Los resultados no pretenden ofrecer valores críticamente interpretables de forma aislada, sino tendencias y elementos comparativos.

Interpretación
En azul se representan los poemas escritos por monjas que se han conservado en justas o certámenes. Se trata de un fenómeno que ya advirtió Mª Carmen Marín Pina al estudiar las justas aragonesas [“Los certámenes poéticos aragoneses del siglo XVII como espacio literario de sociabilidad femenina”, Bulletin hispanique [En línea], 115-1 | 2013, Publicado el 01 junio 2016, URL: http://bulletinhispanique.revues.org/2405] Fueron muchas las monjas que participaron en este tipo de celebraciones públicas, a veces concurriendo varias de un mismo convento, etc. En rojo los preliminares de obras impresas, donde se conservan los poemas laudatorios escritos al autor, a la obra, etc. Su número demuestra que fue otro espacio frecuente para las monjas. En amarillo están los poemas únicos impresos en otro tipo de volúmenes, por lo general biografías de la autora o crónicas de su orden religiosa, donde al hilo de la biografía se puede citar algún poema. En verde están los poemas conservados en manuscritos, por lo general conventuales, aunque pueden ser compilaciones de tipo cancioneril.
En contra de lo que se podría creer, es evidente que la conservación de la poesía producida en los conventos dependió preferentemente de la impresión del texto, lo que explica la existencia de tanta poeta de testimonio único y también es un indicio del altísimo número de textos perdidos dentro del propio claustro. Asimismo se podría colegir que la principal actividad poética en los conventos no estuvo dirigida a satisfacer impulsos místicos, sino a temas devotos, que son los propios de las celebraciones ciudadanas e institucionales. Por otro lado es evidente, a partir de su extensión, que fue una actividad aceptada, seguramente alentada y con buscada proyección pública, pero poco valorada en el interior del claustro, donde posiblemente se considerara un producto de consumo inmediato, ajeno a cualquier valor literario o institucional y por tanto fungible, lo que explicaría que los papeles de estas composiciones raramente se hayan conservado.
Esta perspectiva prueba que, a diferencia de la posible creencia de que la poesía conventual se escribía por y para permanecer dentro de los conventos, en realidad una buena parte de ella salió fuera y circulaba entre la sociedad seglar. Tuvo una visibildiad literaria escasa, ya que se inserta en espacios que Elisabetta Graziosi [“Arcipelago sommerso. Le rime monacali tra obbedienza e trasgressione”, in I monasteri femminili come centri di cultura fra Rinascimento e Barocco, a cura di G. Pomata e G. Zarri, Edizioni di storia e letteratura 2005, pp. 145-73] denominó de autoría débil, es decir, lugares siempre subsidiarios, en dependencia de compiladores y en pugna con otros autores del mismo lugar.
En un medio cerrado donde la voluntad está sometida a la obediencia y donde la comunicación con el exterior está estrechamente controlada hay que preguntarse por qué las órdenes religiosas, los superiores, la institución como tal permitió y hasta parece que fomentó esta presencia pública de poesía de monjas. El dónde (por ejemplo Aragón, si recurrimos al gráfico de los lugares, pero ¿también Sevilla y Salamanca?), el motivo y el quién o con quién (¿otras monjas? ¿seglares? ¿miembros de la propia orden?) serán otros aspectos que deban ser analizados. Otras preguntas que se plantean desde este gráfico giran en torno a la inserción de poemas, casi siempre unos pocos, en las obras en prosa. Nuevamente estamos ante una marca de desaparición, ya que es el editor de la obra, el narrador de la crónica (solo tenemos un caso en que es mujer, Manuela de la Santísima Trinidad), quien decide qué poemas deben ser incluidos y así lo afirman muchas veces, subrayando el carácter selecto de lo que está recuperado y remitiendo a manuscritos donde se conservaba mucho más.
El gráfico no solo representa lo existente, sino que es asimismo un vaciado negativo de lo que hemos perdido. La pérdida de estos testimonios en los conventos tuvo que ser alta y sobre todo voluntaria, si se tiene en cuenta que es un medio institucional que tiende a dar estabilidad y permanencia a su documentación. Quizá una distinción entre documentación colectiva y privada sea la clave para explicar estas pérdidas. Es evidente que la monja que escribió un poema para una justa tuvo que escribir algunos más, ¿dónde están? ¿qué se hacía en un convento con los papeles personales? ¿cuáles se conservaban? ¿solo los de la monja ejemplar? ¿el resto se destruían? En todo caso, considerando el alto número de testimonios es poco probable considerar que ha sido una pérdida fortuita y la explicación debe encontrarse en procedimientos institucionales comunes en el manejo de los documentos personales.