Espejo poético en que se miran las heroicas hazañas y gloriosas vitorias executadas y conseguidas (1662)



ESPEJO POÉTICO EN QUE SE MIRAN LAS HEROICAS HAZAÑAS Y GLORIOSAS VITORIAS EXECUTADAS  Y CONSEGUIDAS POR EL EXCELENTÍSSIMO SEÑOR DON FRANCISCO FERNÁNDEZ DE LA CUEVA, DUQUE DE ALBURQUERQUE, MARQUÉS DE CUÉLLAR…. REFIERE LA VERDAD HISTÓRICA CON LA DULZURA POÉTICA, LAS FELIZES MEMORIAS DE SUS GLORIOSOS PROGENITORES Y ORIGEN DE SU CASA. CELEBRADAS POR LOS INGENIOS GRANADINOS EN SU ILUSTRE ACADEMIA QUE PRESIDIÓ DON JUAN DE TRILLO Y FIGUEROA Y EN QUE FUE SECRETARIO DON GASPAR  AFÁN DE RIBERA…A INSTANCIA DE DON PEDRO ALFONSO DE LA CUEVA Y BENAVIDES, SEÑOR DE LAS VILLAS DE ALBUÑÁN, LAS VLEYAS…, EN CUYA CASA SE CELEBRÓ EN GRANADA A 29 DÍAS DE EL MES DE ENERO DEL AÑO DE 1662. GRANADA, IMPRENTA REAL, POR BALTASAR DE BOLÍBAR, 1662.

El tercer asunto

Que escrivió D. Josepha Bernarda de Aragón, en un romance decorosamente burlesco, celebrando la venida del duque y los efectos de su condición amable; que remitió a la academia con esta epigramma castellana.

Gran Cueva, pues sois en fin
quien me ha puesto en este lance,
leed aqueste romance
sin cogelle en mal latín.
Y al duque, a quien reverencia
por vos mi musa, desde oy
le podéis dezir que soy
poeta por excelencia.

Señor duque de Alburquerque
cuya amable condición
os haze en nuestros afectos
ser muchas vezes señor.
Vos, que hazéis con nuevo hechizo
que el que una vez os habló
para olvidaros no sepa
dónde tiene el corazón
causando por lo bien quisto
que el teneros tanto amor
parezca a los hombres tema
y en las damas tentación.
Vos seais tan bien venido
como España desseó,
antes del mes en que suele
dar la flora un alegrón.
Mas bolver del otro mundo,
puesto que no deys pabor,
aunque sea por Navidad,
siempre es por Resurrección.
Alegre España os reciba,
que con traeros a vos,
le traeys para sus guerras
la prenda de más valor.
Ya por calles, y por plazas
en común aclamación,
es la nobleza un aplauso,
y todo el vulgo una voz.
No solo de los señores
es el obrar con primor,
que los pícaros, tal vez,
se ponen en la razón.
Que vengays muy empeñado
no estraño, que bien sé yo
que para vos, son las Indias,
lo que la Calle Mayor.
Alexandro fue un corito
en vuestra comparación,
Y Mexico le hizo cruzes,
viendo un Virrey gastador.
Váyanse allá a enriquezer
los que llama la ambición,
veníos vos acá, y las Indias
se queden para quien son.
Vivid, señor, tantos años,
como el páxaro de sol,
el que buelve a ser ave,
en llegando a ser carbón.
Mi señora la duquesa
del día fénix mejor,
dé a vuestra casa de hijos
una bendición de Dios.
Y dividido el cariño
en tan bella sucessión,
su excelencia, todo el día
se ande de flor en flor.

(ff. 14r-15r)