Certamen literario que el illustríssimo señor marqués de Torres propuso…


CERTAMEN LITERARIO QUE EL ILLUSTRÍSSMO SEÑOR MARQUÉS DE TORRES PROPUSO A LOS INGENIOS ESPAÑOLES EN LA CIUDAD DE HUESCA. AL GLORIOSO TÁLAMO DE LOS INVICTOS Y CATÓLICOS REIES DE LAS ESPAÑAS, PHILIPO QUARTO EL GRANDE, Y MARIANA DE AUSTRIA, LA ESCLARECIDA. PUBLÍCALO EL LICENCIADO IOSEPH FÉLIX DE AMADA, SECRETARIO DEL CERTAMEN. S/A.

ASUNTO 2: SONETOS.

De doña María Nieto de Aragón.
Soneto.

Qual lienço en que animó pinzel valiente
los reflexos del sol no su belleza
que previno negar naturaleza
nativa imitación resplandeciente.

Que el bosquexo feliz, mudo eloquente,
señala de sus rayos la grandeza,
persuadiendo eficaz con la destreza,
lo bello de ser essencia, no accidente.

Assí en lámina Aurora la pintura,
del sol de Austria, sin copia Mariana,
deidad al gran Philipo le asegura.

Con que absorto en la idea soberana,
a los rasgos se entrega de luz pura,
con vista amante la razón ufana.

(f. 17v)

De doña Ana Paciencia Ruiz Urriés de Castilla, religiosa de S. Bernardo en el convento de Casbas.
Soneto.

De un cielo breve, en luzes dilatado
miró Philipo la deidad más bella
¿quién duda, pues, que quedaría en ella
del éxtasis de amor arrebatado.

Buelto en sí, y en ella transformado,
del incendio de amor viva centella,
por fuerza de hermosura, o por estrella
estaría en sus luzes abrasado.

Y viéndose en un golfo de hermosura,
amándola sin riesgo, y sin rezelos,
exagerando estaría su ventura.

Y no hallando otro igual a sus desvelos
como el zelos amor su llama apura,
se tendría de el mismo el mismo zelos.

(f. 25r)

De doña Iuana de Sierra, de Corella.
Soneto.

Después que miró el rei la copia bella
de la águila imperial de Mariana
no con harpón amor vitorias gana
porque para vencer vastó sola ella.

Cesárea magestad dulce atropella
que rendida a esta fuerça soberana,
niega la voz por suavidad tirana,
que los labios del rei amante sella.

Para memoria de su heroico hecho,
el retrato su amor puso pendiente
en el pecho a su origen dedicado.

Y la villa inclinando el rei al pecho
por más veneración devidamente
un retrato vio vivo, otro pintado.

(f. 28v.)

De doña Isabel de Peralta, de Corella.
Soneto.

Amor regio, pintor de los pintores,
de Campaspe mejor, mejor Apeles,
de un retrato en colores más fieles
registra con la vista los primores.

Hirióle por la vista amor de amores,
y ansias sintiendo dulces entre crueles,
sirviéndole los ojos de pinzeles,
turvado el rostro le ofreció colores,

Pintó en su coraçón, aunque alterado,
amoroso pintor en nada esquivo,
de el traslado mejor, mejor traslado.

Diziendo: en el papel de el alma escribo
quel retrato, que me hirió pintado,
quedando en mí más bien su copia al vivo.

(f. 29r)

De doña María Fernández.
Soneto.

Atento al sol que en la belleza advierte
de rayos que el pinzel ha fulminado
Philipo en sus incendios abrasado
nuevo ser halla en tan gustosa muerte.

Presto las glorias de su amor divierte
en el bien, que imagina dilatado,
pues en cada esperanza su cuidado
haze mayor la venturosa suerte.

Si ciega mariposa en su desseo,
por la llama que busca desespera,
quando su pecho en Etnas le asegura.

Alibie su pesar en el trofeo,
que solo amor valiente consiguiera,
siendo su flecha ardiente la hermosura.

(f. 30v)

ASUNTO 4: GLOSA A UNA COPLA REDONDILLA

De doña Madalena Sánchez, de Corella.

Asegure en tanta guerra
España nuevo blasón,
pues el águila y león
la amparan por aire y tierra.

Glosa

A España emula lustrosa
de Marte deidad temida
águila de Jove unida
exime de rezelosa.
Ya en tanta guerra es gloriosa
con el valor que en sí encierra
su valor, pues que destierra
todo enemigo tirano,
triunfo y blasón soberano
asegure en tanta guerra.

A su timbre coronado
pasmo de enemigos fiero
coronó en valor primero
de imperio el blasón alado.
Toda gloria ha asegurado
España en tan alta unión
vinculando a tal acción
fuera de la confiança
si su león triunfos que alcança
España nuevo blasón.

Con rezelo en guerra urgente
triunfos España logró,
quando su león assistió
sin el águila valiente.
Mas oy se juzga eminente
con alado imperial don,
pues si solo al ser patrón
suyo el león, gloria atesora,
mas seguramente aora,
pues el águila y león.

Ya España está sin rezelo,
sus contrarios con desmayos,
dando en tierra a su león rayos,
la que al sacro Jove en el cielo.
Abata el águila el buelo,
a herir los que el león atierra,
y al dezir España cierra,
no tema el valor desaire,
pues valor de tierra, y aire
la amparan por aire, y tierra.

(f. 47r)

De doña Teresa de la Figuera Fernández de Moros.
Glosa.

Marqués la llama que apura
en tus torres tu fineza
prendas da de fortaleza
en que Aragón se asegura,
si el rebelde se conjura
contra ti el temor destierra
Aragón, pues ya tu tierra
goza de un segundo faro,
que tu gloria, honor y amparo
asegure en tanta guerra.

Oi ya las setenta torres
de Huesca esconder se pueden,
pus todas en todo ceden
a las del Marqués de Torres.
Desde ellas con luz socorres
la campaña de Aragón,
Marqués, con tal atención
al bien de tu patrio suelo,
que le deve a tu desvelo
España nuevo blasón.

Un enigma tu desvelo
a qualquier Edipo ofrece
¿qué es lo que más se parece
al sol en vista, y en buelos?
En el aire, y en el suelo
tiene su jurisdición
¿No ay quien le dé solución
al enigma? ¿Ni quien le halle
su luz? Entre a descrifralle
pues el águila y león.

Si son del sol fiel diseño
el águila, porque buela
tan alto, el león porque vela
su vista a pesar del sueño.
Tú eres mejor desempeño
de lo que el enigma encierra,
sus torres son salva-tierra,
salva-aire tus ojos son,
que a la tierra de Aragón
las amparan por aire, y tierra.

(f. 48v)

De doña Iosepha de Sayas y Pedroso.
Glosa.

No se acredita el valor
de grande en ociosidad
vencer con felicidad
haze el trofeo menor.
En la oposición mayor
el mayor blasón se encierra
y si la paz se destierra
de España es porque la gloria
de más difícil vitoria
asegure en tanta guerra.

Cauto el francés, no valiente
el español contrapuso
los pueblos, que fundó luso,
de España en el occidente.
Y a la catalana gente
fomentó en la alteración;
gloria es de nuestra nación,
que oponga godos a godos,
y tendrá vencidos todos,
España nuevo blasón.

En Imperio dividido
de una misma autoridad,
de el león la magestad,
y la del águila han sido.
De tanto marcial ruido
intenta en la confusión,
quien dio aliento a la traición,
sus coronas ofender
junten, junten su poder
pues el águila y el león.

De Philipo y Mariana
son las armas gloriosas
león y águilas generosas,
de cuya unión soberana,
España se muestra ufana:
miserablemente yerra
y sus mismo ojos cierra,
el que ya el triunfo nove
devido a las armas, que
la amparan por aire, y tierra.

(f. 51r)

De doña Isabel Luisa Fernández, de Zaragoça.
Glosa.

Contra España oi fuerça estraña
nada vale en tierra o mar
pues León que corre al bolar
corre en mar, buela en campaña.
Alado es el león de España
el que enemigos destierra,
valor de una águila encierra
fuera del proprio valor
con que a España de temor
asegure en tanta guerra.

Sepulta rezelos vanos
noble España en el olvido
porque alas le han añadido
a tus valerosas manos.
Cada pluma a tus tiranos
ardiente será cañón,
a nuevo laurel dispón
de nuevo la invicta frente,
pues te da por más valiente
España nuevo blasón.

Sola podías temer
del enemigo el desvelo
mas ya, por aire y por cielo
aseguras el vencer,
En águila has de tener
por aire alado patrón,
por tierra feroz campión,
no temas invicta España,
que ya el triunfar te acompaña
pues el águila y el león.

La fama ha de mendigar
aliento con que aclamarte,
el valor de ardiente Marte
viendo el tuyo ha de celar.
Todo enemigo ha de hallar
en ti la fuerça, que atierra,
valor que en el aire cierra,
león y águila valerosos,
que a tu corona gloriosos
la amparan por aire y tierra.

(f. 51v)

ASUNTO 5: LIRAS

De doña Iuana de Sierra. Liras

Sol viviente hispano
que descanças en braços de la Aurora,
el plectro de mi mano
mueva el de Delos, porque cante ahora
pulsando dulce lira
con clara voz quien con disfraz te mira.

Temiendo en ti desmayos,
a vista de tu Aurora, brilladores
conocidos tus rayos,
te previene disfraz el Dios de amores:
mas el disfraz no importa,
quando a tu vista el esplendor acorta.

Si assí propio no excede
mayor no puede ser tu amor lustroso,
mas solo porque quede
si quiera en lo aparente más glorioso,
otro en disfraz has sido,
y solo assí tu amor has excedido.

Por aumentar los modos
de amar el dueño, que idolatras fino,
has inventado todos
los medios de mirar rostro divino:
mírasle disfrazado,
viéndole en ti (sin velo) enamorado.

Disfrazado acrecientas
a tu amor nuevamente los blasones,
pues nuevo amante intentas,
ser blanco de el amor, y sus harpones:
replique amor laureles,
a un rendido de nuevo en trazas fieles.

Possesión y esperanza
a un tiempo zifra apetezido gozo,
y sin temer mudanza,
lo que el alma possee, busca el emboço;
porque a tu amor se deba
en posseída esperanza gloria nueva.

Con disfraz de pintada,
belleza superior rindió tus ojos:
assí pues disfrazada
su persona le rindes en despojos,
que siendo amor atento,
que el triunfo sea igual al vencimiento.

Disfrázaste galante,
porque en esta de amor dulce conquista
brille por ser de amante,
rendido por tu ver, no por su vista,
porque si te mirara,
no Corona mayor tu amor lograra.

El sol al alva busca,
galán de luz, luziente enamorado,
esta a su luz se ofusca,
y huye, porque a la luz se ha contemplado:
mejor al sol le fuera,
si al alva con disfraz a ver viniera.

Filipo, sol luziente,
menos galán de adorno, y más galante,
por ver a su aurora ausente,
depone magestad tan fino amante,
que con tener la suya,
al ostentarse sol, teme que huya.

(ff. 74r-75r)

ASUNTO 6: ROMANCES JOCOSOS

De doña Isabel de Rodas y Araiz, colegiala del colegio de las vírgenes de la Imperial ciudad de Zaragoça. Romance.

Mueso rei Felipe Quarto,
que grande os llama la chente
porque soz crecido más,
que no son los otros reyes.
Yo os surpico que me oigaz
pero vuesa audiencia es breve
veintiquatro o veinticinco
palabras tan solamente.
Yo só mileno e nobato
aunque Bato hé mio pariente
que su pollino e mi burra
van enquillotrados ende.
Pubrico al pie del altar
mueso cura, inteligente
crérigo, que amugerava
señor rei con buena gente.
Fija de una empedradora,
vuesa hermana muerta allende
porque diz que fue a empedrar
en Germaña aquellas gentes.
Era la nobia, y si ya
por gran ventura supiesse
empedrar en nueso puebro,
aura de empedrarnos siempre.
Tan linda como una estrela,
diz que e ella, e quien lo creiesse
mas no es la estrela primera,
que a los reies se aparexe.
Si huera en la noeti huena
creyéramos fácilmente,
mas nueite huena será,
si algún infante naxiesse.
Norabuena seais casados
que yo he dito muitas vezes,
que estávades viudo mal,
e si sembra hueso albergue.
Diz que es bonica zagala,
y porque parientes sedes,
en Roma lo han dispendado
el mayoral innocente.
Si sabrá filar la lana,
mayor será vuesa suerte,
que os podrá her un capote,
si lo filado texiere.
Mas fino sabe filar
al uso, y coser pretende,
fará algún roto cosido,
qual altras mulleres suelen.
Vivades esternos sigros
juntos y presto gozedes,
con primavera de amor
algún pimpolluelo fértil.
No cessen en nuessos reinos
jamás señor Filipedes,
ya estamos enmarañados,
jamás las marañas cessen.
Como alcalde de mi aldea
os doi mil parabienes,
y conmigo os lo dan todos,
los que en ella bien os quieren.
Y para vueso servicio
todo el lugar os ofrece
castañas, bellotas y queso,
manteca, miel, lana y leche.
Assí de aquellos dos mondos
que governados os lleven
de el Oriente perras, nácar,
oro, e prata de Occidente.
Assí de la hermosa Italia
sedas os den para herle
al estrado de Maraña
moitos borrados tapetes.
Assí los fieles de Flandes,
y de Oranda los infieles
de tal contento en señal
ricos tesoros presenten.
Assí de Constantinopra
os veñan continuamente
Bellerveys, Baxas de paz,
porque hasta allí el turco os teme.
Assí de Persia el sofi
como hueso amigo muestre
en campaña a Otromano
sus innumerables huestes.
El Pantaleón veneciano
os ame, el inglés respete,
assí el portugués se os rinda
y el catalán sea obediente.
Y vos con vuesa maraña
muitos años os gozedes,
y merced me hagáis a mí,
que es del rei el ser mercedes.
Dadme un corte de jubón
no de josticia, que ofende,
calces de seda, o la paja
de oro es justo me contente.
Pero haréis como quien sois,
y yo haré como quixere,
que llegué a las veinticinco,
y se me cansó el calletre.

(f. 92 r-v)

ASUNTO 7: OCTAVAS

De mi señora doña Ana Francisca Abarca de Bolea y Mur, religiosa de S. Bernardo en el convento de Casvas. Octavas.

Piélagos sacros vadear pretende
el tardo buelo de mi bronca pluma
mueve el afecto, el ánimo se enciende
por reduzir los grande a breve suma,
yela el temor la mano se suspende
temiendo que ambición no se presuma,
el que intente mi voz con osadía
alabar las purezas de María.

Divino auxilio implora, oh, soberana
princesa de los cielos, este canto,
pues en servirte tantas glorias gana,
si es que el afecto puede alcanzar tanto,
en que oi asiste la piedad christiana
en el templo divino y sacrosanto.
tu luz de mi ignorancia los temores
destierre y comunique sus ardores.

Desde la eternidad arrebatado
tuvo el supremo autor vuestra pureza,
siendo lo más perfecto de su agrado,
a quien solo aventaja su grandeza,
de vuestro limpio barro enamorado,
al humano codicia la baxeza,
desechando su gloria allá en el cielo,
por gozarla con vos acá en el suelo.

Acciones de amante Dios ostenta,
ensayando de vos muchas memorias,
sois puro sol, señora, que acrecienta
gracia a los hombres, y aun al trino glorias.
Vellón de gedeón, blanco, que aumenta
del católico, y fiel grandes vitorias:
zarza en el mayor fuego da desmayos,
vara de Arón de florecientes rayos.

Arca del testamento sois señora,
en lo interno, y externo acrisolada,
la lei guardando, porque él en vos mora,
estima la obediencia resignada.
Al monte de la mirra vais aora,
a provar mil calumnias destinada,
que aun a costa de honra, y con afrenta,
en guardar bien la lei vivís contenta.

Pura quedasteis en el parto vuestro,
amando la pureza, como al hijo,
por no perdella, casi el daño nuestro,
estuviera en el mundo siempre fixo.
Fue fuerza obrara en vos el braço diestro,
como el santo Gabriel os predixo:
que de Dios no admitierais el ser madre,
si os ajara lo puro humano padre.

Llegáis a redimir al templo santo
al redemptor, y a vos con alboroço,
y recíprocamente os debéis tanto,
que el uno por el otro ostenta gozo,
que mostráis ser impura causa espanto,
pecador se hace Dios con tal rebozo:
mas en solo ser hijo de María
tiene el verbo zifrada su alegría.

A quién no ha de admirar humildad tanta,
que escojáis en la ofrenda la pobreza,
virtud, que en vos asiste, y se adelanta
a desechar por ella la grandeza.
Castas lleváis las aves virgen santa,
no teme le qué dirán vuestra fineza,
obediente a la lei sin ser mandada,
aunque juzguen sois pobre, y sois manchada.

Princesa inmaculada en este día
amparad los monarcas españoles,
pues gozosa, haréis bienes a porfía,
y a los que son en fe puros crisoles,
aumentadles en paz la monarquía,
en regia descendencia en nuevos soles,
dándoles herederos para el suelo,
pagando los que dio Filipo al cielo.

España a vuestros pies pide rendida,
assistáis de su rei al hímnico,
que de amante adolece, y de afligida,
puesto en la prole real todo el desseo.
No permitáis, señora, que oprimida
dexe de aseguralla el nuevo empleo,
pues podéis como reina, aun con los reyes,
hazer, y derogar todas las leyes.

(ff. 99v-101r)

De doña Iacinta de Sayas y Pedroso. Octavas.

Virgen a quien el sol borda el ropage
con tantos fondos como rayos brilla
a quien la luna rinde vasallage
ufana en ver que a vuestros pies se humilla,
cuyo tocado de astros omenage
quanto deslumbra a Juan le maravilla
oi que en vuestra pureza afectáis mengua
afectad los agrados de mi lengua.

Toda hermosa os repite a boca llena,
llevado de su amor el casto esposo,
a la rosa, al clavel, a la azucena,
símbolo a vuestras prendas misterioso,
si con vos las compone, las condena,
sin que le dé el amor por sospechoso
en sentencia tan justa, en que la gloria
del vencer, más es deuda que vitoria.

Con vos está la mancha tan mal quista
del vestigio más mínimo de culpa,
que oi el mismo sagrado coronista
a su pluma remite la disculpa
para que a la impiedad la fe resista
de Elvidio, que de menos pura os culpa:
que aconsejado mal de su flaqueza,
sospechó en tanta luz menos limpieza.

Achacarle a la rueda luminosa
del sol alguna sombra, quando entera
no se dexa gozar su faz hermosa,
(porque la luna en medio su carrera,
u de amante preciada, u de embisiosa,
o ya adorarle, u desluzir le espera)
tanto es falta de vista en el sugeto,
quanto sobra de luz en el objeto.

Assí a ser llega desalumbramiento
qualquier linage de sospecha impura,
en la en que Dios estuvo tan de asiento,
que la escogió por madre, por más pura,
esta exterioridad, y cumplimiento
de la lei, su obediencia solo apura,
por cuya reverencia, y cortesía
honras de pura aventuró María.

Porque ¿cómo sufriera acrisolarse
oro, que nunca se mezcló con liga
de pegajoza culpa? o a echarse
la que a Dios dio por grano limpia espiga.
como esta clara nube arrebolarse,
de quien el astro rei luzes mendiga,
¿cómo caber al fin pudiera yerro,
en quien nunca de culpa arrastró el hierro?

Virgen, pues tanto os deve la pureza,
que aventurando riesgos al decoro,
oi buscáis en el templo más limpieza,
sufriéndole a la vuestra algún desdoro;
pues todo a vos, señora, se endereza,
más piadoso mi plectro, que canoro,
por vos también suspende sus acentos,
y que deis vida, os ruega, a estos alientos,

En quanta tierra el sol en luzes baña,
vuestra pureza, virgen no le deve,
a ninguna la fe, y amor, que a España,
que en su defensa espada, y pluma mueve,
de Illefonso lo diga en aquella hazaña,
nuevo trofeo del Elvidio alebe,
que mereció por coronista sabio,
de Leocadia el sagrado y puro labio.

Testigo es el morisco desterrado,
testigo es el indio no admitido,
y testigo entre llamas abrasado
el obstinado herege, y presumido,
del desuelo, del zelo, del cuidado,
con que el reino católico ha extinguido
todo error, que a tiznar vuestra limpieza,
u de la fe iba a herir en la pureza.

Aora, que los dos reyes esposos,
dos de la fe, columnas de diamante,
se han unido con lazos amorosos,
para tener en pie siempre constante
(atlantes de la iglesia valerosos)
vuestro honor, y pureza sin menguante,
de sus lazos les dad frutos fecundos,
que lleguen a dar leyes a dos mundos.

(f. 101v-103r)

De doña Serafina Doménec, religiosa del Real convento de la Puridad de Valencia. Octavas.

Vos, dulce y sacratíssima María,
en quien tal caridad y amor contemplo,
no obstante que la lei no os compelía
a que os purificarais en el templo,
por no escandalizar la plebe impía
con vuestra novedad, por dar exemplo,
el día hábil que os purificasteis
en él a vuestro hijo presentasteis.

Que siendo vos la más casta azucena,
beldad divina, rosa pudibunda,
en quien la perfección mayor se estrena,
en quien la gracia singular abunda,
después de aver parido (lo que ordena
el Paracleto) no quedando inmunda,
no hazer a lei tan dura resistencia,
fue acto de humildad y de obediencia.

Vos que sois la piedad más cariciosa,
vos que sois la caricia más clemente,
vos que sois como digna amada esposa,
de quien assí os deliberó en tu mente,
vos a quien tanta esquadra numrosa (sic)
de cherubines incesablemente,
festiva tierna, plácida, canora,
engrandece, celebra, aplaude, honora.

Vos en quien tales prendas se comprehenden,
que las más luminosas doze estrellas
las madejas copiosas de Oro os prenden,
como os visten de sol las luzes bellas,
donde gloriosas ostentar pretenden
la rara claridad de sus zentellas,
vos en quien mejorando su fortuna,
os sirve de chapín la ilustre luna.

Vos que viendo el mundo fatigado,
totalmente sugeto y afligido,
por la ocasión de aquel primer pecado,
que fue tan fácilmente cometido.
Al tiempo más feliz, siglo dorado,
que oi alcanza, le aveis constituido,
siendo eficaz triaca de esta suerte
de el dañoso veneno de la muerte.

Vos, que quando con furia, y mortal saña
la Trifauce, que tala, rinde, y huella,
os llamó cuerpo a cuerpo a la campaña,
por destruir vuestro valor en ella,
os atribuisteis la famosa hazaña,
de postrar su arrogancia, y su querella,
antes de hazer de vuestro esfuerzo alarde,
pues medrosa dexó el campo, y cobarde.

Vos María, en quien tal virtud se encierra,
escudo de la fe, de la luz gracia,
que a la culpa le hazeis continua guerra,
para que no se luzga la desgracia,
a un príncipe gallardo, que destierra,
el cohecho, el soborno, y la falacia
del enemigo bárbaro otomano,
amparad, por católico y christiano.

Favoreced el venturoso empleo,
que oi goza con la hermosa María Ana,
lucida petición de su desseo,
en que tanto renombre alcança, y gana,
para que dedicados a Himeneo
al culto sacro, una anguila alemana,
y un hispano león, que montan tanto,
de España viertan en consuelo el llanto.

Recíprocos favores repetidos gozen,
para que en tales experiencias
tiernamente deleiten sus sentidos,
dulcemente alborocen sus potencias,
y en un ser dos sugetos reducidos,
no malogren ya más las inclemencias
de las fatales, y crueles Parcas
aquestos dos católicos monarcas.

Asegurad en blandas possessiones
las esperanzas de este rei pendidas,
de sus tan deseadas sucessiones,
como de toda España apetecidas,
para que se adjudique assí blasones reduplicados, y glorias preferidas,
júbilos, y alborozos inmortales,
María con impulsos celestiales.

(ff. 113v-115r)

ASUNTO 8: CUALQUIER TIPO DE POEMA A LA DEVOCIÓN DE LA VIRGEN.

De doña Gerónima de Gurpide, de Corella. A la purificación de la Virgen. Soneto.

Pisa la arca de Dios cristal undoso
del Jordán cuyas aguas instrumento
de limpiar culpas son, mas al momento
el Jordán se retira presuroso.

Con vozes de cristal dize ruidoso,
no se hizo para la arca mi elemento,
pues siendo en la pureza firmamento
mal se puede limpiar lo que es lustroso.

Arca del cielo sois, Virgen sagrada
cercada de esplendor, de luz vestida
oi al Jordán entráis no a ser labada,

Pues todos os celebran aplaudida,
atendiendo, que al ser purificada,
sin que culpas lavéis, quedáis lucida.

Oi España afligida,
hecha Jordán de lágrimas señora,
por regia succesión favor implora,
en vos su petición halle acogida,
que atenta a tal favor, fina y constante,
hijo de tal favor dirá al infante.

(f. 119r)

De doña Madalena Sánchez y Sierra, de Corella. A la purificación de la Virgen. Soneto con cola.

Aquella a cuyos pies más luminosa
sitial de resplandor luciente es Diana
y a quien Phebo por gala soberana
su délfica madeja dio vistosa.

Aquella, a quien diadema en luz pomposa,
de astros doze compuesta la engalana,
(cielo siendo de Dios) a lei se humana
entre espinas de lei, intacta rosa.

Sin que en el templo mancha alguna labe,
purificase oi, huían rezelos,
siendo en sí la más pura criatura.

Que en quien da luz al sol, no mancha cabe,
y impuros llamará todos los cielos,
el que no la juzgare siempre pura.

Oi a España asegura
con gemidos prolixos,
príncipe sucessor tanta pureza,
pues si en naturaleza
qual mancha viene a ser, no tener hijos,
anidándose España en sus favores,
de tal pureza, espera sucessores.

(f. 120v)

SENTENCIA

ASUNTO 2: SONETO

(…)
Doña María Nieto
y Aragón aportó diestra el soneto
que hizo tan delicado
que apenas se ha alcanzado.
Con una Virgen del Pilar de oro
su canto se ha premiado más canoro,
que si hemos su soneto murmurado
conozca que también lo hemos dorado,
aunque si se ha advertido
¿qué ingenio puede ser tan atrevido
el que mida su buelo descollado
del soneto a lo lindo y lo peinado?
Ceda el que más presuma,
porque su diestra pluma
si es que al abuelo anela,
aun más allá del pensamiento buela.
A doña Ana Paciencia de Castilla,
religiosa bernarda, a la orilla
un tritón la aportó mui diligente,
en donde de repente
como el soneto vieron,
unos guantes de flores le ofrecieron,
que como en flor se estraga,
en flores solamente se le paga.
Doña Ángela de Rodas
corriendo igual con todas
sus guantes ha llevado
y haga gracias a Dios que no ha rodado.
Doña Teresa Abarca,
religiosa benita desembarca
al puerto desseado,
con que guantes de flores se ha calçado
y sus manos felizes
a pedir le vendrán de sus narices,
que aquella vez les toca
a la boca en pedir dar tapaboca.
Doña Iuana de Sierra en riesgo tanto
sin mostrar un indicio de el espanto
su soneto sacó con lucimiento
haziendo alarde de el divino aliento
que activo le inspirava
quando en tanta tormenta sozobrava.
Unos guantes admita superiores
que entiendo que serán como unas flores.
Doña María esenta
Fernández se presenta
al puerto desseado,
libre ya de el furor de su cuidado
con soneto de versos tan brillantes
que ellos mesmos se dizen, vengan guantes.
Doña Margarita de Villanueva
en un soneto lleva
grangeado su conceto
con no ser nada bueno su soneto,
pues de eso mismo arguyo
que nunca ha sido suyo,
porque siendo beldad que no se iguala
impossibles es que hiziera cosa mala,
pero lleve unos guantes
de flores olorosas y fragantes.
Sor Luisa de Tucar, su soneto
sacara mui discreto
si en el verso primero huviera huido
de dezir al retrato que metido
estava a ser espejo,
como si fuera remendón de viejo.
Unos guantes reciba,
porque otra vez con más cuidado escriba.

(ff. 131r-132r)

ASUNTO 4: GLOSA A UNA COPLA REDONDILLA

(…)
La primer flor le presenta
doña Madalena Sánchez
de Corella en una rosa
que aromas al aire esparce.
Con tanto aliño de nácar
que de su oriente al examen
fue cometa de el ingenio
al romper su hermosa cárcel.
Y temiendo oposición
en el glorioso combate,
al aire batió por ojas
bien dispuestos consonantes.
Solo una venus pudiera
roxas rosas presentarle
quando calçando unos pies
se vio a pique de picarse.
Qué mucho si primavera
que en competencias galante
de los descuellos de flores
el premio primero gane?
El delicado cambrai
se le ha ofrecido al instante,
que es quitarlo de el altar
no da a damas cambrayes.
Aunque si tan bien escribe
¿le parecerá desaire
el acordarle vainillas
para que la pluma envaine?

(…)
(ff. 137v-138r)

(…)
Doña Iosepha de Sayas
y Pedroso, con donarie
todo un abril ofreció,
aunque vino un poco tarde.
Bien ha mostrado el ser dama
en aquella glosa que haze,
pues más ajustados pies
no los ará visto nadie.
Y unos guantes de sus flores
puede gustoso calçarse
que es preciso guelan bien
si de sus flores tomaren.
No menos doña Teresa
de la Figuera, Fernández
de Moros, una corona
ha texido sola a parte.
Lógrela el noble marqués
mui repetidas edades,
que por Dios que la tal dama
que sabe escribir con arte.
Unos guantes y un bolsillo
de ámbar han llegado a darle
y esto es acertar, aunque
no es escribir al certamen.
No menos doña Leonor
Garcés de Mendoza trahe
en un ramo de violetas
delicias de todo un valle
De su virtud y nobleza
ha sido prueva admirable
correspondiendo el ingenio
a tan excelentes partes.
Guantes admita de flores,
porque a versos tan brillantes
el mayor premio de todos
no fuera premio bastante.
Sor María Figuerola
de la puridad esmalte
con valenciano primor
a mil maravillas sale.
Unos guantes se le dan,
aunque parezca desaire,
pues para guantes Valencia
no se puede hallar más Flandes.
Con humos de primavera
doña Isabel de Fernández
una mosqueta ofreció
a pique de desojarle
Y con tantas cambroneras
que Apolo por no picarse
la voluntad admitió
y se la pagó con guantes.

(f. 139r-v)

ASUNTO 5: 10 LIRAS DE 6 VERSOS

(…)
Doña Iuana de Sierra
con el brío y esfuerço que en sí encierra
adiestrada Minerva se ha portado
y unos guantes de flores ha logrado.

(f. 142r)

ASUNTO 6: ROMANCE JOCOSO DE 25 COPLAS

(…)
Ya doña Isabel de Rodas
de un adufe a los concentos (sic)
en el sayagués idioma
fue dulce lisonja al eco.
No es poco lo cortesano
con espíritu tan diestro
tomar disfraz en la chanza
el rumbo tan bien siguiendo.
Y sin duda que en las rejas
no pudo aprender aquesto
porque un acierto no pudo
salir de entre tantos hierros.
Colegiala de la las vírgenes
se firma, bien lo creemos,
porque tan divino parto
una Virgen pudo hazerlo.
Unos guantes se le dan
que a pesar del frío invierno
no podrán faltarles flores,
aunque las urten a su ingenio.

(f. 145r)

ASUNTO 7: DIEZ OCTAVAS

(…)
Doña Ana Bolea ha discur rio (sic)
con primor tan subido
que sin hallarse nadie que le imite
ella solo en sus versos se compite.
Décima musa Apolo
oi la celebra por su ingenio solo
aplaudiendo sus obras peregrinas
entre tantas humanas por divinas,
siendo fénix de todas las mugeres
que olvidando los diges y alfileres
dando a todas la vaya
haze en el Parnaso a todos raya,
siendo en aqueste caso
el blasón de las glorias del Parnaso.
Unas horas le han dado,
porque fuera memoria a su cuidado,
de que siendo un ingenio tan brillante
no esté sin ocuparlo un solo instante.
Doña Iacinta Sayas de Pedroso
su curso tan airoso
en todo ha parecido
con las cultas octavas que ha ofrecido
que premio merecía duplicado
aviendo dos misterios celebrado,
su familia aplaudida
a María sin culpa concebida,
pero tercera quedará premiada.
El título perdone su hermosura,
pues no pudo alcanzar otra ventura.

(ff. 148r-v)

(…)
Gerónima Zaporta, doña al lado,
octavas por procura al claustro ha dado
mas sus versos por largos y por cortos
juzgo que de los dos serán abortos,
y obligados se ven a dar descargos
por sus pies cortos él y ella por largos,
pero por escusar mil maldiciones
unos guantes ofrezco a sus coplones.

(ff. 149v-150r)

(…)
De Doménec en doña Serafina
fue la velocidad qual aquilina
y humano serafín la celebrara
si hablando en puridad no reparara
que serafín que entre la luz se inunda
cosa dél no se dixo pudibunda.
Y me admiro que dama de Valencia
imite en sus octavas tal pudencia,
destierre voz tan mala en sus olores
con guantes dos que se le dan de flores.

(f. 150r)