Justa poética por la Virgen Santíssima del Pilar (1629)


IUSTA POETICA POR LA VIRGEN SANTÍSSIMA DEL PILAR. CELEBRACIÓN DE SU INSIGNE COFRADÍA, SACADA A LUZ, POR LE LICENCIADO IUAN BAUTISTA FELICES DE CÁCERES. ZARAGOZA: DIEGO LA TORRE, 1629.

Tema 2º. Octavas

De doña Martina Teodora Palavesino y Moreno

Quando Diego el Mayor partió animoso
a tremolar de Christo las vanderas
donde Atlante sustenta valeroso
el globo de las lúzidas esferas
dexando ya al hebreo cauteloso
ofuscado en sus luzes verdadera
dióle su bendición y assí dezía
la capitana de la fe, María.

Cumple de tu maestro, Diego amado,
la voluntad y justo mandamiento
ayuda con espíritu abrassado
de su santa passión al cumplimiento
y donde del naufragio de el pecado
huvieres más traído a salvamento
un templo erigirás que desde ahora
me constitutyo dél la protectora.

De el puerto de Ioppe çarpa seguro
del peligro del húmido tridente
que es de su navezilla Palinuro
el que pudo humillar tu altiva frente.
No govierna su leme elado Arcturo
si el que habita en el sol resplandeciente
y en la playa española de Galicia
salva aferró de Christo la milicia.

Los estandartes de la fe levanta
y a Torquato en Oviedo convertido
parte a la citerior que no le espanta
lo que el contrario vando ha resistido
y en la Cesárea Augusta se adelanta
siete alistando en esquadrón luzido
que assentaron de Christo los pendones
de España los más fuerte torreones.

Y allí donde memorias de Octaviano
retrata Ybero en su cristal sonoro
a su esquadra del verbo sobejano
comunica en las noches el tesoro
en una pues en que el silencio humano
Boores dividía en caro de oro,
velando a solas con dudosa vista
sigue a imperios de rayos su conquista.

Entre los astros del empíreo cielo
en epiciclo de un Pilar triunfante
(antes que desatado el mortal velo
le ciña reyna Cidaris brillante)
a verle llega en el augusto suelo
la luna de la iglesia militante,
y en Diego, que le mira entre temores,
con esta voz multiplicó favores.

En este sitio, que edifiques quiero
en mi memoria un templo, en cuyas aras
constante ofrecerá culto el íbero,
por más que arroje Lucifer sus xaras:
será el Pilar testigo verdadero
del amor, que tendré a mis prendas caras,
dixo y boló la angélica belleza
bolvióse el ayre a su primer rudeza.
Edifícale el templo y resplandece
en la coluna el paladión divino
con la mitra a un discípulo engrandece,
con los demás conduce naval pino
al vivo templo del tonante ofrece
en Sion, los despojos que previno,
ya sus glorias, Agripa y el hebreo,
acumulan de mártyr el trofeo.

(pp. 67-68)

Sentencia

(…)

Hizo una dama aquí Grazia Luysa
que estable quiso hallar la humana suerte
sin entender que el tiempo nos avisa
que no ay seguridad hasta la muerte.
La voz que le apuntó fue más precissa
que su repetición, pues ella advierte
que era el papel ageno y remediava
su gracia la que al dueño le faltava.

(pp. 75-76)

(…)

Vergel nevado aquí, doña Martina
Palavisino o plata de diana
que con tan nobles partes de devina
permite celebrarse por humana.
Hizo un papel con arte peregrina
(a no estrañar concetos) con que ufana
cierta musa quedó de que pudiera
nombrarse entre las damas la primera.

(p. 76)

(…)

Y la pajuela de oro que grangea
lo pálido al decoro que apercibe
lleve la singular doña Martina
Palavesino en gracias peregrina.

(p. 79)

(…)

Tema 3º. Sonetos (sentencia)

(…)

Sale el alarde vistoso
cuya pretensión ampara
el Conde de Fuentes, que es
capitán con una esquadra
que en divino zelo ocupa
disfrazes de la banguardia
(que en ingeniosas empressas
también militan las damas).
Pues con Isabel Tintor,
Iosefa Marina Esperança,
doña María Francés
y de Luna la gallarda
doña Francisca con otra
escolásticas viçarras
en el fervor de su pecho
fraguando zelosas armas
de que exornarse acreditan
la fiesta sobre las aras
de los venideros tiempos
y posteridades santas
(…)
Tirando por orden cuerdo,
aunque tan prontas las damas
quieren ser, que unas por otras
fogosamente se atajan
Y como noble belleza
es rayo que el pecho passa
sin que en la ropa se muestre
sus señales no se hallan.
Aquí que passan al cielo
para que él pueda premiarlas
no atreviéndonos nosotros
a cosa tan soberana.

(p. 88)

Tema 4º. Glosa a una cuarteta

Sin ser de afecto invidioso
Virgen, la gloria capaz,
tiene hasta verle en su trono,
la corte en vuestro Pilar.

(p. 92)

De doña Catalina Antonia de Castro

Tanto vuestras plantas bellas
venera sobre el Pilar
Virgen la gloria que en ellas
su joya quiere guardar
con esquadrones de estrellas.
Y assí el mostrarse zeloso
el cielo con el efeto
de vajar al trono hermoso
parece imbidioso afecto
si ser de afecto imbidioso.
Es guardar lo que se adora
zelos, y en lo que otro tiene
individa, quando enamora
con que en su modo a ser viene
la gloria invidiosa agora.
Pues viendo aquí vuestra paz
la baxa a ser mariposa
dessa invidia lo efeicas
no siendo aún de invidia hermosa
Virgen la gloria capaz.
Por prenda que fue primera
allá el Pilara zela agora
y circuyéndole espera
que buelva a ser precursora
dél la iluminada esfera.
Como invidiosa en abono
ve su bien de otros consuelos
y assí en alternante tono
parece que invidia y zelos
tiene hasta verse en su trono.
De aquí entre las armonías
del cortesano contento
distribuyen gerarchías
si coros de solfa al viento
rayos de luz a los días.
Que entre el zelar o imbidiar
Virgen, puesto que aquí estéys
la gloria ha de sustentar
hasta que vos la mudéis
la corte en vuestro pilar.

(pp. 103-104)

Sentencia

(…)

Con estilo no confuso
doña Antonia Catalina
su heroica glossa dispuso
y assí el claustro determina
que provó lo que propuso.

(p. 106)

(…)

Doña Antonia Catalina
de Castro, la joya de oro
que reciba determina
de consenso nuestro coro
por ser su glossa divina.

(p. 109)

Tema 6º. Jeroglíficos (sentencia)

(…)

Mariana Andrés, que de Jacob la escala
pinta y en mote y letra la señala
estuvo a pique de llevarse el premio
con aplauso común de nuestro gremio
por avernos sacado de cuidado
que era la escala lo que avía pintada.

(p. 131)

[se incluye un romance]

Al asunto inserto por el devoto en la celebración de los obispos.
De María Petronila Serra. Romance.

Templo y primicia de España,
lauro de caducos tiempos,
erario de Alba pura
sala de corte del cielo.
Trono en que alternante gloria
para servirte de archeros
va entresacando los astros
de todos sus pavimentos.
Iglesia que sin segunda
fuiste antorcha repartiendo
desa integridad divina
luzes al cristiano pueblo;
Donde en rúbricas de rayos
letrean siglos eternos
este es el guión de España
en la milicia del verbo.
Puríssima madre suya
rubio sol deste emisferio
que a medianoche ilustrastes
a mí en vitales alientos.
Vuestra insigne cofadría
que en los oficios del cielo
es sustituto pues corre
tanta fiesta por su acuerdo.
celebra vuestra venida
a este Pilar, de quien fueron
la impíria gloria la caxa
y su autor, el arquitecto.
Y un gran devoto entre muchos
para explicaros su pecho,
divinas pinturas saca
sobre la luz de los vientos.
Vuestros tan dignos obispos
que en holocaustos sabeos
dieron a empeños luzes
satisfación de reflejos.
Y con la gloriosa fama
graduándoles los puestos,
puso primero a Atanasio,
gran cultor del evangelio.
Siguiéndosele Teodoro
tan obediente al maestro,
que fue a buscarle el cadáver
por estar junto a su cuerpo.
Por el varón primitivo
su lado ocupó Epicteto
y luego Félix de fe
el escudo celtiverio.
Uno en pos de otro, dispuso
los tres ilustres valerios
dignos de glorioso encomio
con celestiales acentos.
Dio puesto a Clemente y Costo
y al quarto en nombre si en hechos
décimo Valerio insigne
contra el prisciliano yerro.
A Pedro a quien el concilio
toledano halló su puesto
grave, a quien seguirse mira
simplicio en nombre primero.
Con Valerio y Luciano,
siendo allí Isidro y Vicencio
los imanes de la iglesia
y el norte de los deseos.
Y Juan Primero y Vicente
Segundo, de tales hechos,
que entrambos se eternizaron
quando más humilde fueron.
Luego Simplicio Segundo
que defensor de los fueros
de la fe, acérrimo tuvo
por renombre de su ingenio.
Y Máximo de Cugulla
negra, tan grande sujeto
que desde Abad de las Masas
fue para esta silla electo.
Con Juan Segundo a quien santa
charidad abrasó el pecho
y Braulio, cuya elección
señaló un globo de fuego,
Luego a Tayón que en escuelas
gozó ominente epíteto,
y Balderredo que hizo
a su sepulcro los versos.
Vencio, que en el año quinze
del pacífico govierno,
huyó a san Juan de la Peña
por los moriscos adversos.
Y Senior primero obispo
después que el bárbaro pueblo
de los moros, possesión
tuvo en el augusto imperio.
Después en virtud triunfantes
a Heneca puso, y Paterno
a quien Juliano y Vicente
siguen, de antiguo silencio.
Pedro Segundo y Bernardo
hasta el famoso don Pedro
de Librana, a quien Alonso
consagrar hizo el Asseo.
Porque en aquella mezquita
(de San Salvador, ya templo)
nuevas gracias de rescate
de su guión viesse el verbo.
Y pues don Pedro Librana
siendo obispo y asisitiendo
en la iglesia del Pilar,
la consagró para el cielo.
Es cierto deve a esta iglesia
aquella el conocimiento
de tan grande beneficio
y de tan glorioso trueco
Que esta es Santísima Virgen
la casa, y este el intento
con que haze el devoto alarde
de los capellanes vuestros.
Merezcan sus diligencias
la admisión de tanto zelo,
y el dueño de este romance
por vuestro amparo su premio.

(p. 137-38)

Sentencia

(…)

A María Petronila
Serra, el divino romance
con algaliera dorada
es justa razón premiarle.
Bien quisiéramos con ella
un gato de algalia enbiarle,
mas porque no se le vierta
se ha puesto un solo adarme.

(p. 141)